viernes, 12 de agosto de 2011

Camino Español - 6ª etapa: Barr - Sarreguemines (111 kms.)

Aquí tengo que confesar que no hicimos la etapa al completo por una cuestión de logística, pero ya explicaré el por qué.
Parece que todo el mundo está ansioso por ponerse en marcha. Bernardo y Gustavo quieren probarse. Carlos, después del amago de escapada que protagonizó ayer con Borja también perecía animado, y este espera que Fredo siga haciendo de lanzador para él. El caso es que han salido todos pitando y me han dejado sólo preparando el gps. ¡Ah, es que hoy me han asignado la bici de Fermín, y toca rodar con rueda gorda!
Total, que no veo al resto del grupo. Hago la salida de Barr por donde manda el track. Rotonda a la salida del pueblo: nadie (raro). Espero unos minutos  y pienso: -estos cabr…se han largado- Arranco y me voy. Primer pueblo, nadie; rotonda siguiente, nadie. -Imposible que hayan seguido- me doy media vuelta, y cuando estoy nuevamente entrando en Barr veo que vienen. Todo mosqueado me coloco en cola y aviso que hoy “el enano” no trabaja, que va a ir de excursión. Pero como yo se que eso es imposible, les meto como castigo unos kilómetros de más para que se les quite el ramalazo de rebeldía; pero, ¿qué va a ser eso de abandonar al sherpa?
Carlos no permitió que le amputaran una pierna y continuó la etapa. ¡Xagerao!
Pasamos Obernai y Molsheim; y en la entrada a Wasselonne, después de subir un altillo en el que un tipo con una Canyon nos chupó rueda para puntuar en el alto, (un globerazo, vamos), se nos mete un piño Carlos raspándose la rodilla. No deben pasar muchas cosas en estos pueblos, porque enseguida nos vinieron los paisanos. ¿Será que huelen la sangre?
Pues la sangre iba a venir después de Saverne. Desde Wasselonne habíamos tomado la carretera N4 y el tráfico era mucho más intenso y sin apenas arcén. Los campos de maíz ya no nos refrescaban con su verde y el paisaje tomaba un matiz más ganadero. En Saverne nos esperaban Alfredo H. y Fermín. Carlos, al no llevar bien lo de su rodilla acabó aquí la etapa. Volviendo a lo de la sangre, Saverne nos presentó a su primo Zumosol (el Col de Saverne) de 410 mts. y este sí que hizo sangre. Y después de 4-5 kms. subiendo, te preguntas: ¿y a que cota estábamos? ¿a -300 mts.? El caso es que Alfred y yo nos “”relajamos” un poco subiendo, y luego nos tocó mimar al resto de la expedición; bueno, excepto a Gustavo y al “Inglés” que con la inercia nos dejaban clavados en los repechos. #%&@#!  Y es que repechos hubo un montón, ya que hoy han sido 1.280 mts. acumulados de ascensión, que para un paisaje llano, no está mal.
Gus y su teoría de la Inercia, adelantaba a todo el que se le pusiera por delante
A la altura de Phalsbourg tomamos la N61, y el calor empezaba a dejarnos sin agua. Oye, que ni una fuente en el camino, por lo que en Sarre-Union entramos a un hiper a comprar bebidas. Ya saliendo del pueblo de Sarralbe le llaman a Alfredo al móvil; es nuestra avanzadilla diciendo que han estado en Sarreguemines, que lo del camping no pinta muy bien, y que nos esperan en un hotel a la entrada de Hambach. Así que hotel baratito para todos, fin de etapa y comida express con lo que hay en la furgona, que ya se está convirtiendo en un bazar.
Pocas fuentes y muuuucho maiz
No podía faltar la visita a Sarreguemines, la cervecita de rigor en una terraza, la reunión para planificar la jornada siguiente, y el resumen de la jornada para el blog.   

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